Ella escribía sin tinta, sus palabras nunca fueron leídas, ni su voz fue escuchada. Es una soñadora que vive en sueños y nada en palabras.

viernes, 28 de febrero de 2014

Mi Gran Adicción + Poema Improvisado

Vale, les explicaré mi adicción: los libros. 
Claro, no es ni droga ni alcochol. No, libros. 
Muchos empezaron a leer ahora porque se ha convertido en una moda (especialmente ciertos libros) pero yo lo hice por el simple hecho de que me encanta leer. Y con empezar a leer, me refiero a leer y fangirlear y pertenecer a un fandom, etc..

Pues todo empezó hace unos años, aproximadamente unos 2 años, cuando en unas vacaciones me compré Eternidad de Alyson Noël. Sólo voy a decir que en ese entonces me había fascinado, especialmente por el hecho de que lo había leido en sólo 1 día (ahora pienso que está bien el libro, sólo que no es taaan bueno). Y allí comenzo todo. Luego de eso le siguió Firelight de Sophie Jordan (bastante recomendable, me ha gustado mucho). Y luego los libros con los que comencé a Fangirlear REALMENTE: Los Juegos del Hambre. Pues vale, no me voy a meter en todo lo que son reseñas ni opinoones porque estaríamos aquí todo el día. 

La cosa es que amo leer. A veces pienso que la lectura se ha apoderado de mi vida, porque muchas veces parece que gira en torno a esta. No digo ni que sea así ni que no lo sea. Adoro leer, es mi acción favorita en el Universo, pero tampoco es que es el lo único que pienso. Vale, ocupa un gran, GRAN, MUY GRAN espacio en mi cabeza, pero hay otras cosas ocurriendo en ese pequeño tejido color rosa.

Leer te libera, te hace volar.
Leer te hace reflexionar, te hace pensar.
Leer te hace llorar, te hace amar 
e incluso odiar.
Leer te hace encontrarte
y a la vez perderte.
Leer te hace perder la mente.
Se crean mundos 
y se destruyen realidades.
Las barreras de la realidad se rompen
y dan paso a la imaginación,
pues no hay nada mejor
que un poco de ilusión.
Se crean personas,
mueren otras.
Puede ser inesperado
y totalmente predecible.
Pero una cosa que siempre será comprensible
es que los libros siempre estarán a nuestro lado. 

Vale, acabo de tener un momento poético. Nunca había tenido uno. A menos que se cuenten las veces que de chiquita intentaba escribir canciones. Qué horror.

Creo que este poema (que acabo de crear, y si a alguien se le ocurre robármelo, le sacaré la garganta(?)) realmente muestra por lo que me gusta leer. Paso por todos los sentimientos, TODOS.
Pero el setimiento de saber que hay más como nosotros, los lectores, es incomparable. Saber que hay más frikis que disfrutan tanto de la lectura es totalmente impagable.

Gracias por leer, espero que disfruten de las lecturas tanto como yo :)
XOXO

jueves, 27 de febrero de 2014

Presión sobre mis hombros.

Okay, empecemos. 
Este mes tuve muchísima presión en mis hombros (como habrán notado por el título). Dirán que es una estupidez, pero a la vez no lo es. Tuve que rendir 2 materias (Historia y Matemática). Ya había pasado de año pero tenía que aprobar estas dos materias. Cuando volví de mis vacaciones (último día de enero, principios de Febrero), tuve que ponerme a estudiar seriamente. Mi padre me puso un incentivo: el Lollapalooza. Les explico: el Lollapalooza es un festival de música especialmente rock, electrónica y un poco de pop (en este festival tocan bandas que amo, como Imagine Dragons, que es de mis bandas favoritas). Entonces, mi padre compró 3 entradas (para invitar a una amiga). Más presión. Recapitulando, si no aprobaba AMBAS materias, no iría al festival, él vendería las entradas y mi amiga y yo nos quedaríamos sin ir. 
Entonces, con esta presión (además de la presión-de-aprobar-porque-te-mato de parte de mi madre especialmente), me puse a estudiar. Todos los días a la mañana iba a una profesora particular para que me ayudase con Matemáticas y luego estudiaba a la tarde Historia. Rendía el 19 de Febrero matemática y el 25 de Febrero historia (lo sé, hace un par de días). 

19 de Febrero: Día de Matemáticas.
Para este día, no estaba tan nerviosa y entrada en pánico como pensé que estaría. Me sentía segura de que iba a aprobar y que estaría todo bien. Pues no lo estaba. En el momento en que me entregaron el examen para comenzar y vi los ejercicios, entré en pánico. Un GRAN pánico. Había dos ejercicios que no recordaba cómo hacer y allí se fue todo a la mierda. Luego de como 1 hora (más o menos) de hacer el examen, entregué, resignándome al fracaso. Esperé aproximadamente una hora y media hasta que me llamaran para ver los resultados. Había aprobado. HABÍA APROBADO. En cuanto vi ese glorioso 4 (las materias previas las aprobamos con 4 para arriba) me sentí en el suelo. Afuera del aula estaba mi amiga (mi parabatai, si alguien entiende, mi mejor amiga) y salí y nos abrazamos. Estaba a sólo un paso del festival. Estaba TAN feliz.

25 de Febrero: Día de Historia.
Ese día juro por el Ángel que no podía con mi vida. Había pasado una semana desde que había rendido Matemáticas y desde ese momento, había estado todo el tiempo estudiando. El día anterior había entrado en un pánico pequeño (caminando por todo el departamento, contando mis pasos-que terminaron siendo 250-para calmarme) pensando que si desaprobaba, no sólo decepcionaría a mis padres, a mi amiga, y a mí misma. Y luego llegó la desastrosa mañana del 25. Me desperté angustiada, entrada en un pánico mayor, MUCHO MAYOR. De tan nerviosa que estaba, me había olvidado mi teléfono celular en mi casa. Perfecto. Llegué allí y de los, supongo, 10 que teníamos que rendir, nos presentamos sólo 4 (de las cuales, una entregaba en blanco). Mi mayor temor era olvidarme de todo lo que había estudiado en cuanto viese la prueba. Y lo peor seguía: mi nombre no estaba en la lista. Es así: cuando uno se presenta en las mesas de examen, el profesor tiene un acta (una hoja) con los nombres de los alumnos que tiene que rendir, los que no aprobaron. En ese aula, estábamos los de 4° y los de 5° que nos habíamos llevado la materia. El profesor nombró a todos los de mi curso (4°) y luego a los de 5°, pero nunca me nombró a mí. En cuanto le dije que no me había nombrado, me dijo que fuese a resolverlo yo en la dirección. Muy bien, salí del aula y fui a resolver todo eso. A los 15 minutos, ya estaba volviendo. Entré y el profesor me entregó la hoja para copiar las consignas, eran 10. En cuanto terminé de copiarlas, devolví la hoja y me puse a desplegar mis conocimientos. Sabía todo. No lo podía creer. Mis dos compañeras restantes habían terminado y a los 10 minutos, entregué yo. Salí del aula y me encontré con ellas. Nos dispusimos a hablar sobre nuestras respuestas a unos metros del aula. Luego de unos 5 minutos de charla, salió el profesor, se acercó a mí y me dijo "excelente examen, váyase". EXCELENTE EXAMEN. Terminó de decir esas palabras y salí corriendo a abrazar a alguien (por suerte, había una amiga allí). No podía estar más feliz. Luego, fuimos al baño y cuando salí, estaba mi Parabatai del otro lado del salón. Me vio y empezó a correr y gritar hacia mi dirección. Nos abrazamos muy, muy, MUY fuerte. IRÍAMOS AL FESTIVAL.

Ahora, viendo cómo reaccioné, me siento una idiota. No hay que temerle a un examen (a menos que este dependa si pasas o no al siguiente curso, o tu entrada a algun lugar), es sólo un papel y un número. Eso, en la secundaria, no definirá tu vida (aunque a veces si, pero no importa). Lo mejor de haber aprobado, fue sacarme esa presión de los hombros. Lo juro, el 25 se me fueron 8935762456243 kilos de la espalda, realmente pesaba. 
Bien, para cerrar, VOY AL LOLLAPALOOZA. CON MI MEJOR AMIGA. Y mi papá. VOY A VER A UNA DE MIS BANDAS FAVORITAS. ESTOY FELIZ. 

Me alegro poder decir, gritar "SOY FELIZ".
Soy realmente feliz por todo.